Descendientes mayas realizan danza en honor a la Virgen para pedir fin a la violencia del crimen organizado en Chiapas

Más de 3,000 descendientes mayas se unieron en una emotiva danza en Chiapas para buscar la intercesión de la Virgen de la Merced y poner fin a la creciente violencia causada por el crimen organizado en la región. Este estado ha sido testigo de un alarmante aumento en homicidios, desapariciones y desplazamientos forzados a lo largo de este año.

La danza, un llamado a la armonía y la paz, se llevó a cabo en medio de la preocupante situación de violencia que afecta a Chiapas, particularmente en lugares como Reforma, donde se han registrado actos violentos, así como en áreas cercanas a la frontera con Guatemala, como La Trinitaria, Frontera Comalapa, Chicomuselo, Mazapa de Madero y Motozintla. Estas zonas se han convertido en escenario de disputas territoriales entre el Cártel de Sinaloa (CDS) y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

La peregrinación reunió a miles de personas, incluyendo familias enteras que vistieron coloridos trajes y máscaras. Durante más de 4 kilómetros bajo el sol, los participantes danzaron en honor a la Virgen de la Merced, la santa patrona de los sancristobalenses. La procesión estuvo acompañada de incienso y música de viento, creando un ambiente de devoción y espiritualidad.

Hombres personificados como esclavos cargaron a la Virgen, mientras que miles de hombres danzaron durante más de cuatro horas, recibiendo aplausos y pétalos de rosas por parte de los pobladores. Este año, la tradición se enriqueció con disfraces creativos que incluyeron dinosaurios, payasos, monstruos, presos y superhéroes.

La danza, transmitida de generación en generación, es un símbolo de esperanza para la comunidad. Julio Mazariegos, un experimentado danzante, expresó su deseo de que esta manifestación contribuya a reducir la violencia en la familia y las calles, y que los gobernantes reflexionen sobre la importancia de la paz.

La peregrinación concluyó de manera pacífica en el mismo lugar de inicio. Los mercedarios continuarán celebrando durante cuatro días con rituales católicos, manteniendo una tradición de más de 85 años.

La danza y los rituales son un llamado a la paz y la unidad en una región que ha sufrido episodios violentos debido a la presencia de grupos criminales, con desapariciones forzadas, secuestros y asesinatos que han aterrorizado a la población que no está involucrada con estos grupos.