El senador y aspirante presidencial expresa su preocupación por el desequilibrio evidente en la contienda interna de Morena, así como por la actitud permisiva frente al derroche irresponsable de recursos por parte de otros partidos políticos. Su crítica se centra en la necesidad de promover una competencia justa y transparente, donde prevalezcan los principios de igualdad y el buen uso de los recursos públicos.
Ricardo Monreal se encuentra en un dilema interno entre su faceta obstinada y rebelde como político, y una nueva imagen moderada y cautelosa que sigue al pie de la letra el guion establecido. Como coordinador de Morena en el Senado hasta hace poco, Monreal, de 62 años, ha dejado claro su compromiso de no romper con el partido y de reconocer el resultado de la encuesta que decidirá al candidato o candidata presidencial para las elecciones de 2024.
El presidente de México y un líder para Morena, Andrés Manuel López Obrador, ha asumido el control de la sucesión y ha establecido reglas para evitar la discordia en el partido: no habrá debates ni descalificaciones entre los aspirantes, los perdedores respaldarán al ganador de la encuesta y el ganador garantizará un lugar en su gobierno para los demás compañeros. Todos han firmado este pacto, y no cumplirlo no solo sería romper su palabra, sino traicionar a López Obrador.
Monreal se muestra contundente y luego matiza sus palabras. Durante una gira por el Estado de México, el senador licenciado expresó su preocupación por la inequidad en el proceso interno de Morena, destacando los llamativos anuncios espectaculares de Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard. Aunque pidió al partido tomar medidas para mantener la equidad, suavizó su postura al decir: “Pero, de mi parte, yo no diré nada”.
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