Comisión de la ONU investiga presuntos crímenes de guerra de Rusia en Ucrania

Una comisión de la ONU ha estado recopilando pruebas para investigar a Rusia por presuntos crímenes de guerra desde el inicio de la invasión a Ucrania. Los delitos investigados incluyen ataques contra civiles, torturas, violencia sexual y de género, así como ataques a infraestructuras energéticas. En una presentación ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la comisión reveló hallazgos impactantes, incluyendo ataques con armas explosivas contra edificios residenciales, centros médicos y otras instalaciones, todos con víctimas civiles y daños a infraestructuras clave.

La comisión, liderada por Erik Møse, presidente del grupo investigador y expresidente del Tribunal Penal Internacional para Ruanda, ha realizado investigaciones de primera mano en Ucrania, visitando las zonas afectadas y entrevistando a víctimas. Según sus hallazgos, Rusia continúa atacando a civiles y lugares protegidos por el derecho humanitario internacional.

Sin embargo, la comisión reconoció que no tiene certeza sobre las causas de la voladura de la presa de Nova Kakovka en junio, un incidente que resultó en una catástrofe ecológica y humanitaria. También destacó la falta de claridad sobre el traslado de niños ucranianos no acompañados a Rusia por parte de las autoridades rusas, lo que plantea preocupaciones sobre su reunificación con sus familias.

Las investigaciones de la comisión en las ciudades de Jersón y Zaporiyia revelaron un “uso generalizado y sistemático de la tortura por parte de las fuerzas armadas rusas”, con casos tan extremos que resultaron en la muerte de las personas torturadas. Además, se documentaron casos de violencia sexual contra mujeres de diversas edades.

A pesar de sus esfuerzos, la comisión no ha recibido respuestas del Gobierno de Moscú a sus comunicaciones. Su segundo mandato anual concluirá en marzo, cuando presentará un informe actualizado al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que podría decidir si prolongar su misión por otro año.

Las investigaciones de la comisión de la ONU arrojan luz sobre la gravedad de los presuntos crímenes de guerra cometidos en el conflicto entre Rusia y Ucrania. La presentación ante el Consejo de Derechos Humanos subraya la importancia de abordar estos temas y de buscar justicia para las víctimas. La falta de respuestas del Gobierno ruso plantea preocupaciones adicionales sobre la transparencia y la rendición de cuentas. El mundo estará atento a las decisiones futuras del Consejo de Derechos Humanos respecto a la prolongación de la misión de la comisión de la ONU.

La contaminación atmosférica incide en la salud mental: Estudio del King’s College de Londres

Un reciente estudio llevado a cabo por el King’s College de Londres ha revelado que la contaminación atmosférica, además de su conocida contribución al calentamiento global, también afecta negativamente a la salud mental de las personas. Según el informe, la alta exposición a la polución está vinculada con un incremento en la utilización de servicios de salud mental, especialmente en individuos que padecen trastornos de demencia.

La doctora e investigadora Amy Ronaldson, del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King’s College de Londres, afirmó que “la contaminación atmosférica definitivamente tiene un impacto no solo en nuestra salud física, sino también en nuestra salud mental”. En un estudio codirigido por la doctora Ronaldson y su homólogo Ioannis Bakolis, profesor de Bioestadística y Epidemiología, se encontró que la exposición a la contaminación está asociada con un aumento en la gravedad de la necesidad de servicios de salud mental, lo que genera una demanda médica para abordar este problema.

La investigación se basó en más de 5 mil personas diagnosticadas con demencia en el sur de Londres, una zona conocida por su alta polución. Los resultados del estudio demostraron que la exposición prolongada a la contaminación atmosférica está relacionada con un mayor uso de recursos de salud mental. Entre las personas sin condiciones médicas previas, la probabilidad de necesitar asistencia aumenta en un 27%, mientras que en aquellos que sufren de demencia o Alzheimer, el incremento es del 38%.

A pesar de la falta de visibilidad de la contaminación atmosférica, su nocividad es una amenaza real. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) la considera la “mayor amenaza global pública”, causante de aproximadamente siete millones de muertes prematuras a nivel mundial cada año.

Los principales agentes patógenos identificados en el estudio son el dióxido de nitrógeno y las partículas en suspensión, los cuales se originan principalmente en el tráfico vehicular, las fábricas y las actividades domésticas. Además, existe evidencia que sugiere que estas pequeñas partículas en suspensión podrían llegar al cerebro a través de la nariz.

Los expertos sugieren intervenciones a nivel urbano, como la creación de “Zonas de Emisión Ultra Bajas”, y a nivel de salud mental, como la formación profesional para discutir el impacto de la contaminación, así como la prescripción de entornos naturales y la ubicación estratégica de residencias y centros de salud mental fuera de áreas urbanas ruidosas. El objetivo es destacar que la contaminación atmosférica no solo afecta la salud física, sino que también tiene consecuencias negativas para la salud mental de las personas.