Mary Barra, presidenta ejecutiva de General Motors (GM), ha afirmado que el sindicato United Auto Workers (UAW) “no tiene ninguna intención real de llegar a un acuerdo” que ponga fin a la actual huelga que afecta al sector automotriz. Esta declaración contundente se produce después de que los trabajadores de la industria automotriz ampliaran su huelga a más fábricas de GM y Ford.
La UAW ha estado llevando a cabo huelgas desde el 15 de septiembre, y la medida se intensificó el 22 de septiembre cuando los trabajadores abandonaron sus puestos en las instalaciones de distribución de GM y Stellantis en 20 estados de Estados Unidos.
Según una fuente cercana al tema, se espera que la UAW continúe con las huelgas en curso hasta que se ratifique un nuevo contrato. Hasta el momento, alrededor de 18,300 miembros de la UAW de las Tres de Detroit estaban en huelga, lo que representa el 12% de los sindicalistas que trabajan en las automotrices.
Las principales áreas de conflicto en las negociaciones son las demandas salariales y la eliminación del sistema de dos niveles salariales, que permite a los nuevos empleados ganar menos que los veteranos. La UAW busca un aumento salarial del 40% en un contrato de cuatro años, mientras que las empresas han ofrecido alrededor del 20%.
La huelga ha tenido un impacto limitado hasta ahora en comparación con una paralización de las líneas de montaje que construyen modelos de camionetas de gran tamaño, que son altamente rentables para las automotrices. Las conversaciones entre la UAW y los negociadores de las empresas continúan, pero las posiciones siguen distantes en cuestiones clave.
Este conflicto laboral en la industria automotriz refleja las tensiones y desafíos que enfrenta el sector en medio de la presión por aumentos salariales y cambios en las condiciones laborales.