Ovidio Guzmán López, hijo del exlíder del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán, se declaró inocente el lunes de narcotráfico, lavado de dinero y otros cargos en su primera audiencia judicial desde que fue extraditado a Estados Unidos.
Guzmán López fue extraditado el viernes, cinco meses después de que fiscales estadounidenses publicaran una larga causa en contra de él y sus hermanos, conocidos colectivamente como “Los Chapitos”.
El expediente detalla cómo “Los Chapitos”, tras la extradición y cadena perpetua de su padre en 2019, guiaron al cártel para incursionarse en drogas sintéticas como la metanfetamina y el fentanilo.
Las fuerzas de seguridad capturaron a Guzmán López, conocido como “El Ratón”, en enero en Culiacán. Su arresto desató una ola de violencia que dejó 30 muertos, incluyendo 10 miembros de las Fuerzas Armadas.
El ejército usó helicópteros Black Hawk contra las ametralladoras calibre 50 que el cártel montó en camiones. Los pistoleros del cártel impactaron dos aeronaves militares, obligándolas a aterrizar, y la violencia se extendió al aeropuerto de la ciudad, donde resultaron impactadas aeronaves civiles y militares.
Tres años antes, el gobierno intentó capturarlo, pero abortó el operativo, conocido como “El Culiacanazo” ante una violencia similar.
La causa contra los hermanos, difundida en abril, dice que tenían como objetivo producir grandes cantidades de fentanilo y venderlas al menor precio posible. Los hermanos, en una carta, negaron las acusaciones.
La asesora de Seguridad Nacional, Liz Sherwood-Randall, dijo el viernes en una declaración que la extradición de Guzmán López “es testamento a la importancia que tiene la continua cooperación entre los gobiernos de Estados Unidos y México para luchar contra las drogas y otros desafíos vitales”.
Sherwood-Randall realizó múltiples visitas a México este año para reunirse con el presidente Andrés Manuel López Obrador, siendo la más reciente el mes pasado.
López Obrador ha insistido en que su país es solo un punto de tránsito para ingredientes del fentanilo procedentes de China y con destino a Estados Unidos, pese a aseveraciones de Estados Unidos y de su propio ejército, de que se producen en México.