Hoy, los integrantes del Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) han anunciado su renuncia en una carta dirigida al Senado de México. En el comunicado, los consejeros acusan a la presidenta de la CNDH, Rosario Ibarra Piedra, de obstaculizar y dificultar su labor al extremo de ignorarlos, amenazar y calumniar a algunos de los miembros del consejo.
La renuncia fue presentada por Tania Espinosa Sánchez, Adalberto Mendoza López, Bernardo Romero Vázquez, Jorge Alejandro Saavedra López, Ángel Trinidad Zaldívar y Georgina Diédhiou Bello. Entre las diferencias que llevaron a esta renuncia, se destacan las interpretaciones divergentes de los procedimientos internos, conflictos de interés en la contratación de personal, la falta de emisión de recomendaciones generales y la publicación de declaraciones contrarias a lo recomendado por el consejo.
El consejo tenía entre sus funciones establecer los lineamientos de actuación de la CNDH. Sin embargo, según sus miembros, la presidenta no ha colaborado ni razonado con ellos en ninguna de las acusaciones que han planteado. Alegan que la CNDH, a pesar de ser una entidad autónoma en teoría, parece servir a otros intereses.
Los miembros del Consejo Consultivo expresaron que su presencia parecía legitimar ciertas arbitrariedades, interpretaciones sesgadas y decisiones unilaterales de la presidenta de la CNDH. Por lo tanto, han decidido renunciar de manera unánime.
Es importante destacar que los integrantes del Consejo Consultivo no recibían un salario y eran responsables de cubrir sus propios gastos de transporte para asistir a las reuniones ordinarias y extraordinarias convocadas por la CNDH.
Esta renuncia representa un giro significativo en el funcionamiento de la CNDH y plantea preguntas sobre la independencia y efectividad de esta importante institución de derechos humanos en México.