La normalización de la corrupción: Un problema que debemos abordar

Cada día, el mundo cambia constantemente, y debemos reconocer que estos cambios no siempre son positivos. Es responsabilidad nuestra asegurarnos de que el futuro sea mejor y no perpetuar las prácticas negativas del pasado. Si bien es natural que tendamos a recordar lo positivo y olvidar lo negativo, es crucial enfrentar los desafíos y aprender de nuestras experiencias, tanto las buenas como las malas.

Lamentablemente, debemos admitir que la corrupción ha sido una práctica común en el mundo, y esto es algo muy perjudicial. Lo preocupante es que la corrupción ha permeado no solo en la esfera política, sino en toda la sociedad, respaldada por la indiferencia ciudadana. No obstante, no podemos permitirnos normalizar la corrupción. Aunque parezca arraigada en nuestra sociedad, debemos tomar una postura firme y expulsarla de nuestras vidas.

Para lograrlo, es necesario que todos tomemos conciencia del daño que la corrupción nos está causando, ya que su impacto es mucho mayor de lo que podemos imaginar. A diario se descubren nuevos casos de corrupción, pero también es evidente que muchos de nosotros ignoramos estos actos y mostramos apatía. La normalización de la corrupción es sumamente perjudicial y México sería un país muy diferente si todos los recursos provenientes de nuestros impuestos se destinaran al beneficio colectivo.

Debemos reconocer que la corrupción surge de la impunidad, y esta última es consecuencia de la indiferencia ciudadana. Si nos empoderamos como ciudadanos, podremos exigir a nuestros representantes populares que nos representen a nosotros y no a sus partidos políticos. Además, el poder ejecutivo deberá administrar los recursos de manera responsable y selectiva, mientras que el poder judicial deberá actuar con mayor eficacia en la aplicación de la ley, evitando cualquier violación a nuestra constitución por parte de todos los poderes.

México pertenece a todos, y todos tenemos derechos y obligaciones. Cumplir con nuestras obligaciones y exigir nuestros derechos es la mejor manera de combatir los diversos problemas que obstaculizan el verdadero desarrollo de nuestro país. Juntos, podemos eliminar el cáncer de la corrupción y construir un México mejor.