La futura presidenta Claudia Sheinbaum dedicó la primera semana tras su triunfo en las elecciones mexicanas a hablar con líderes internacionales de todo el espectro ideológico, con lo que perfila mayor apertura al mundo que el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien solo viajó siete veces al extranjero en sus seis años de mandato.
Sheinbaum, quien el domingo recibirá su constancia de presidenta electa, habló con presidentes como Joe Biden, de Estados Unidos, y Pedro Sánchez, de España, así como con la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, y el presidente del Banco Mundial (BM), Ajay Banga.
Pero también ha hablado con el mandatario de El Salvador, Nayib Bukele, y ha recibido felicitaciones de los presidentes de China, Xi Jinping; de Rusia, Vladímir Putin, y de Ucrania, Volodímir Zelenski, además de las naciones de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), entre decenas más.
Por ello, se espera que “exista una coherencia en la política exterior y sobre todo en esta idea de fortalecer el papel de México a nivel regional e internacional”, expone José Joel Peña, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Porque claramente hemos estado en un sexenio en el que ha predominado el aislacionismo y solo se le ha dado prioridad en momentos muy específicos a la relación con Centroamérica y, sobre todo, con Sudamérica”, apunta el experto en política exterior.
Con base en el ‘Proyecto de Nación’ de Sheinbaum, el académico percibe cuatro ejes en las relaciones internacionales: la diplomacia y el servicio exterior mexicano; las condiciones de los mexicanos en el extranjero, en particular en Estados Unidos; abordar las causas de la migración, y fortalecer las relaciones económicas globales.
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