La ciudad costera de Acapulco, México, se encuentra en estado de emergencia tras el devastador paso del huracán “Otis”, que tocó tierra como un huracán de categoría 5. Los residentes de Acapulco comparan la magnitud de la destrucción con el huracán “Paulina” que azotó la región en 1997.
El huracán “Otis” sorprendió a los meteorólogos y las autoridades, ya que no se emitieron alertas anticipadas ni hubo recorridos de advertencia antes de su llegada. Esto dejó a la población sin tiempo para prepararse adecuadamente.
Los vientos del huracán “Otis” golpearon Acapulco con una velocidad de hasta 270 kilómetros por hora, derribando palmeras, árboles y edificios. Varios hoteles quedaron destruidos y casas y comercios sufrieron graves daños.
El Hotel Emporio, por ejemplo, experimentó una situación crítica mientras el huracán azotaba la ciudad. Los huéspedes se vieron en medio de la tormenta, y algunos de ellos se quejaron de que el personal del hotel no les advirtió adecuadamente sobre la gravedad de la situación.
Las condiciones en la ciudad siguen siendo difíciles, con problemas de comunicación y falta de electricidad. El desabasto de alimentos se está volviendo un problema creciente.
A medida que la ciudad evalúa los daños y trabaja en su recuperación, la sorpresa y la falta de preparación han dejado a la población local en una situación crítica tras el paso de “Otis”. Las autoridades locales y nacionales están trabajando en la atención de las necesidades de la población y la reconstrucción de la ciudad.
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