En la víspera del décimo aniversario de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, el Presidente Andrés Manuel López Obrador exoneró a los militares de este crimen que conmocionó dentro y fuera del país.
El Mandatario insistió en que las acusaciones que vinculan al Ejército con el caso obedecen a “intereses políticos”, tanto del país “como del extranjero”, ajenos a la investigación.
En una carta dirigida a los padres y madres de los desaparecidos de la Normal Rural de Ayotzinapa que López Obrador leyó y comentó ayer durante su conferencia matutina, desacreditó tanto las afirmaciones sobre la participación de los militares en los hechos como las que vinculan el ataque con el tráfico de heroína en la zona, aunque no ofreció una explicación alternativa sobre cuál pudo ser el móvil del ataque.
Sin embargo, miembros del Gobierno han defendido estas dos hipótesis al igual que lo han hecho los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que investigaron el caso durante ocho años. El Presidente insistió en que “no existe ninguna prueba de que el Ejército haya participado en la desaparición” de los estudiantes el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.
Pese a lo anterior, también dijo que 16 militares están bajo proceso, presuntamente vinculados al crimen organizado o “por omisión al no haber actuado para evitar actos de violencia en contra de los jóvenes”.
La Comisión de la Verdad creada por su Gobierno en 2019 para esclarecer el caso y dirigida por Alejandro Encinas, a quien López Obrador le recordó que contó con todo su respaldo, consideró que el caso fue “un crimen de Estado” en el que fuerzas de seguridad aliadas con un cártel local que traficaba con heroína atacaron a los estudiantes, los hicieron desaparecer y luego, autoridades de las más altas instancias del estado colaboraron para encubrir la verdad.