El Comité de Apelación de la UEFA dio por perdido a la Selección de Kosovo por 3-0 el partido contra la de Rumania de la Nations League, que fue suspendido el pasado viernes 15 de noviembre en Bucarest, ante el retiro de los jugadores kosovares por los cánticos de “serbios, serbios” entonados por la afición local.
La resolución de la UEFA considera a la Federación de Kosovo responsable de que el partido no se jugara en su totalidad (según lo dispuesto en el artículo 25.01 del Reglamento de la Liga de Naciones).
El comité impone también una multa económica de 6 mil euros a la Federación de Kosovo por conducta inapropiada de su equipo y diversas sanciones monetarias por una cuantía de 128 mil euros a su vez a la Federación de Rumania, a la que castiga con el cierre de su estadio en el próximo partido que juegue como local por el comportamiento racista/homófobo de sus seguidores.
En concreto impone 50 mil euros por esta conducta; 30 mil euros por transmitir mensajes políticos provocativos; 9 mil euros por lanzamiento de objetos; 4 mil 500 por encendido de bengalas; 8 mil por uso de puntero láser, 12 mil 500 por causar disturbios durante los himnos nacionales y 14 mil por bloqueo de accesos públicos.
También amonesta a la Federación de Rumania por conducta impropia de su equipo.
Con el marcador 0-0 y el minuto 90 rebasado, los jugadores kosovares decidieron retirarse al vestuario como protesta por los gritos de “serbios, serbios” proferidos por los ultras situados en uno de los fondos del Estadio Nacional de Bucarest.
Ante la negativa a regresar al campo, el árbitro danés Morten Krogh dio por suspendido el encuentro.
Según los kosovares, “el comportamiento racista” de los aficionados rumanos, que también exhibieron pancartas con el lema “Kosovo es Serbia”, hacía inviable reanudar el partido, correspondiente al grupo 2 de la liga C de la competición europea.
La Federación Rumana también acusó al equipo nacional de Kosovo de “falta de respeto” y “desprecio al juego limpio” por haber interrumpido el encuentro y rechazó como infundadas las acusaciones de los kosovares sobre comportamientos “racistas” de los aficionados rumanos.
El organismo agradeció “a los casi 50 mil aficionados rumanos presentes en el estadio por mantener una actitud civilizada y por abstenerse, en la medida de lo posible, de reaccionar a las provocaciones de los jugadores de Kosovo”.
Con esta decisión, Rumania acaba en cabeza del grupo C2 con 18 puntos y logra el ascenso a la Liga B, mientras que Kosovo, como segundo, deberá jugar el Play-Off de ascenso B/C.
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