La Organización de Naciones Unidas (ONU) se encuentra en una situación difícil y ha tenido que tomar la difícil decisión de reducir los alimentos, los pagos en efectivo y la asistencia a millones de personas en diversos países debido a una “paralizante crisis de financiamiento”. Esta crisis ha llevado a una drástica reducción de las donaciones, que ahora son apenas la mitad de lo necesario para abordar la creciente crisis de hambre aguda que se vive en el mundo.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA), presente en 86 países, ha tenido que implementar recortes en al menos 38 de ellos, incluyendo naciones como Afganistán, Siria, Yemen y varios países de África Occidental. La agencia necesita 20 mil millones de dólares para brindar ayuda a todos los necesitados, pero actualmente solo cuenta con entre 10 mil y 14 mil millones, lo que representa la mitad de lo necesario. Esta situación ha llevado a que millones de personas se vean afectadas y a que la crisis de inseguridad alimentaria alcance niveles récord.
Las necesidades humanitarias han aumentado significativamente en los últimos años debido a la pandemia de la Covid-19 y los conflictos en países como Ucrania, lo que ha generado una demanda creciente de asistencia alimentaria. Sin embargo, la falta de financiamiento está afectando gravemente la capacidad del PMA para brindar ayuda a quienes la necesitan, y la situación se prevé que empeore en el futuro.
El director ejecutivo adjunto del PMA, Carl Skau, señaló que los conflictos, la inseguridad, el cambio climático, los desastres naturales y la inflación en los alimentos son los principales factores que contribuyen a la inseguridad alimentaria en todo el mundo. Además, la desaceleración económica global está generando una creciente presión de deuda que dificulta aún más el abordaje de esta crisis.
El PMA está trabajando para diversificar su base de financiación, pero también hace un llamado a los donantes tradicionales para que brinden su apoyo en este momento tan difícil. La agencia ha tenido que tomar decisiones difíciles, como reducir las raciones de alimentos y asistencia en muchos países, lo que afecta directamente a millones de personas que dependen de esta ayuda para sobrevivir.
La situación es especialmente preocupante en países como Afganistán, Siria, los territorios palestinos y Yemen, donde los recortes han sido significativos y han afectado a millones de beneficiarios. En África Occidental, donde el hambre aguda está en aumento, la mayoría de los países sufrirán amplios recortes de raciones, lo que agrava aún más la crisis alimentaria.
La falta de financiamiento adecuado representa un grave desafío para el PMA y pone en riesgo la vida de millones de personas que dependen de su ayuda. Es fundamental que se tomen medidas urgentes para abordar esta crisis y garantizar que la asistencia alimentaria llegue a quienes más lo necesitan en todo el mundo.
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