Es importante aclarar que cuando el presidente López Obrador mencionó que la senadora Xóchitl Gálvez sería la candidata del bloque opositor, en realidad estaba confirmando que la aspirante presidencial de Morena es Claudia Sheinbaum. Por lo tanto, el supuesto “destape” de Xóchitl debe generar preocupación entre los candidatos de Morena, como Marcelo, Ricardo y Adán, en lugar de causar enojo entre los aspirantes de la coalición Va por México.
El presidente mexicano es conocido por su habilidad para “engañar con la verdad”. En este caso, la verdad es que existe la posibilidad de que en las elecciones presidenciales de 2024 aparezcan en la boleta electoral dos mujeres destacadas como candidatas: Xóchitl y Claudia. Se podría dar una batalla entre mujeres, similar a lo ocurrido recientemente en el estado de México.
Sin embargo, es prematuro hablar de ganadores o perdedores en las elecciones presidenciales del próximo año. Esto se debe a que apenas comienzan los reacomodos, las traiciones, los acuerdos y los cambios entre los partidos políticos, lo cual podría alterar significativamente no solo la composición de la boleta electoral en 2024, sino también la percepción pública sobre los competidores en la recta final de la elección presidencial.
La primera equivocación cometida por López Obrador fue el trato injusto hacia la senadora Xóchitl Gálvez, a quien insultó y negó el derecho de réplica. En realidad, López convirtió a la hidalguense en víctima y aumentó su popularidad. Luego, los medios afines al oficialismo lanzaron una campaña difamatoria contra Xóchitl por orden del Palacio, sin darse cuenta de que estaban favoreciendo su imagen y reforzando su papel de víctima frente al régimen.
La mayor equivocación de López ocurrió cuando jugueteó con la mentira de que sabía desde hace un mes que Xóchitl Gálvez era la candidata de Va por México. No existen tales “gargantas profundas”. Lo que realmente sucede en Palacio es un profundo temor a que los opositores de Va por México hayan encontrado en Xóchitl Gálvez la candidata que puede anular a Obrador y a su favorita, Claudia Sheinbaum, quien en realidad será la principal impulsora del proyecto de AMLO.
López Obrador es consciente de que una posible candidatura de Xóchitl tiene el potencial de conectar con amplios sectores de la sociedad que actualmente rechazan tanto a los partidos políticos como a Morena. Por esa razón, se ha orquestado una campaña difamatoria desde el Palacio, utilizando medios afines, para desprestigiar a Xóchitl. Sin embargo, lo que aún no comprenden en Palacio es que el fenómeno Xóchitl tiene similitudes con el fenómeno Obrador del pasado.
Además, una vez que el presidente se decantó por Claudia como sucesora de su proyecto y comprendió el peligro de Xóchitl, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal comenzarán a mover sus piezas para desvincularse del proyecto de AMLO. Al mismo tiempo, en el PRI se están produciendo cambios significativos, con la renuncia de destacados miembros del partido, lo que abre una nueva posibilidad política para Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal. Ambos buscarán por todos los medios estar en la boleta presidencial de 2024.
A un año de las elecciones presidenciales, no hay nada definido para nadie y la feria de traiciones, engaños, reacomodos y cambios en los partidos políticos aún no ha terminado.
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